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Muchos padres piensan que sus hijos/as son pequeños aún y esperan hasta los tres años para comenzar. Muy por el contrario, se sabe que las habilidades lectoras se promueven desde edades tempranas, incluso desde la panza. Es por ello que en este artículo procuraré sugerirles algunas ideas.
Aproximadamente a partir de los 4 meses podemos ofrecer libros blandos que puedan manipular, observar y llevarlos a la boca sin problemas.
Los adultos que acompañamos estos momentos podemos aprovechar a contarles o cantarles alguna historia en base a lo que vemos.
Más adelante, cerca de los 8 meses, incorporamos los de tapa bien dura con imágenes y palabras. Verán que ya sólos/as lograrán pasar las páginas.
Cuando nos sentemos a su lado podemos jugar con las onomatopeyas de los animales o imitar diversos sonidos.
Recuerden siempre nombrar a los objetos por su nombre. Ej: Muy bien, es un perro que hace guau guau o es un auto y hace pi pi.
Será muy importante el modo en que utilizamos nuestra voz, ya que los niños perciben el tono y el ritmo de acuerdo a lo que le transmitimos y el sentimiento que le pongamos.
Tengan presente que cualquier ocasión casual de la vida cotidiana puede generar un momento de lectura. A su vez, cuánto más lo hagamos, mayor vocabulario tendrá nuestro hijo/a y más se desarrollará su imaginación.
Sepan que en nuestra ciudad hay una enorme cantidad de bibliotecas populares adaptadas para niño/as pequeños/as.
Averiguen cuál está cerca de su barrio y no dejen de ir.
Por último, eviten los cuentos con imágenes de la computadora ya que aísla, no vincula ni conecta con los sentimientos que nos trasmiten las personas.Ana Carla Machain
Profesora de Nivel InicialQue un libro por su tapa
Nunca se tiene que juzgar
Quizás tras la tapa se destape
Que el malvado es el galán
Si sabéis leer entre líneas
Hay mil pistas a seguir
Y puede que hayáis comprendido mal
Por su tapa un libro no deberéis juzgar