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Cada año al llegar la fecha de dicho evento aparecen las mismas preguntas:
¿Qué hago? ¿Cómo lo hago?
¿A quiénes invito?
¿Qué comemos?
A partir de allí tengo dos opciones:
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Alquilar un salón de fiestas y limitarme a que todo lo que pase dependa de la propuesta de ellos, sin la posibilidad de elegir mucho (ya que venden servicios cerrados).
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Conseguir algún espacio donde pueda realizar las actividades acorde a nuestros intereses.
Respecto al primer punto creo que es hora de que los salones comiencen a adaptar sus propuestas de acuerdo a las demandas actuales: incorporando alimentos y bebidas más saludables, evitando excesos de golosinas, sustituyendo las pantallas por espacios reales de juego y bajando el volumen de la música que perturba.
En cuanto al segundo punto sabemos que no tod@s contamos con lugar suficiente en nuestros hogares. Por lo que podremos buscar algún club, vecinal, bar o casa de amig@s y preparar juegos caseros o contratar un servicio de animación como el que proponemos desde ReCreo “Espacio recreativo vincular” con horarios más flexibles y adaptándonos a los intereses y necesidad que cada familia desee.
Otro tema que surge como inquietud será quiénes serán los invitados. Actualmente se estila participar a tod@s los compañer@s de la sala o el grado. Si tomamos esa decisión luego debemos asistir a todos los otros. Asimismo algunas familias eligen invitar sólo a los más cercanos, porque no pueden afrontar el gasto o no quieren algo tan masivo, generando así un encuentro más íntimo.
Y el último tema que a much@s madres y padres nos preocupa es qué hacer respecto a la alimentación.
Como dije anteriormente, los salones para abaratar costos proponen comida chatarra. Y estoy notando, que cada vez somos más, los que expresamos nuestro descontento ante esta situación. Es por ello que podremos buscar otras alternativas.
Si lo hacemos en un salón privado pedir que quiten aquello que no nos guste o si pueden cocinar algo que consideremos más adecuado o incluso hacerlo nosotros mismos.
Tengamos presente que los chicos pueden comer lo mismo que los adultos, no necesariamente tenemos que preparar platos diferenciados.
Por último saber que si bien es un día de especial celebración debemos tener en claro qué mensajes queremos transmitirles:
La idea es encontrarnos con los seres queridos y jugar por un rato. Tan simple y tan profundo como eso.
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